El 29 de junio la iglesia celebra la Solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Pedro, el amigo cercano de Jesús, estuvo entre los primeros llamados a ser apóstoles y fue el hombre elegido por Cristo como punto de referencia para el grupo de los doce apóstoles. Pedro aceptó con humildad su misión, a pesar de sus dudas, a veces de su falta de fe, supo mantenerse fiel a la misión que Jesús le confió, muriendo como mártir en Roma, durante la persecución del emperador Nerón.
Por otro lado, Pablo, el perseguidor de cristianos que se convirtió en Apóstol de las naciones, es el modelo de evangelizador incansable, porque después de encontrarse con Jesús en su camino se entregó a la causa del Evangelio; recorriendo todas las ciudades que podía visitar, fundando comunidades cristianas y llevando el evangelio de Jesús por todo el imperio romano. Escribió varias cartas que podemos leer en el Nuevo Testamento. Escribiendo a los corintios él mismo se reconoce como servidor de Jesús: “Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo. Pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!” (1 Cor 9, 16).
Pidamos que, por intercesión de estos santos, cada uno de nosotros sepamos cumplir con la misión que Dios nos ha confiado. Pidamos por nuestra comunidad de San Mateo para que continúe anunciando el evangelio de Jesús a toda persona.
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