El sacramento del Bautismo es el primero que recibimos en la vida cristiana. Por este signo del agua que nos limpia y nos da vida, pasamos a ser “Hijos de Dios”. Con este sacramento también nos comprometemos a vivir de acuerdo a los mandamientos y a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, debido a que la gran mayoría hemos sido bautizados a una edad muy temprana, no recordamos ese momento tan especial de nuestra vida. Pero confiamos en que esa fe que tenemos, que hemos heredado de nuestros padres, es gracias a que ellos se comprometieron a mostrarnos el camino hacia Dios mientras éramos pequeños.
En la mayoría de los casos, los padres y padrinos de los niños bautizados cumplen fielmente su tarea de enseñar y trasmitir la fe a sus hijos. Pero también hay quienes consideran el sacramento del bautismo como un mero compromiso social, y no como un compromiso en la fe, así que una vez que celebran el bautismo, se olvida de practicar su fe. Sea como sea, hay que tener presente que llega un momento en la vida cristiana en que cada uno es responsable de su fe; a cada bautizado le toca conocer y vivir conforme a los mandamientos de Cristo; le toca fortalecer su fe, y caminar hacia las promesas de vida eterna que nos ha dado Cristo por el Bautismo.
Hoy vale la pena recordar que somos bautizados, que somos los primeros responsables de nuestra fe. Y que estamos llamados a vivir como Hijos de Dios.
Kommentare